Es la capacidad de lograr el máximo beneficio para sí mismo o para la organización frente a una negociación. Busca cuidar relaciones a largo plazo, intenta mantener los estándares éticos altos y lograr un sentimiento en las partes involucradas de que hay una ganancia, de que se obtuvo lo que se desea. Implica buena comunicación y poder de persuasión.

Capacidad de entender los aspectos claves del negocio, de los clientes y del mercado para formular e implementar estrategias y alinear su gestión sobre la base de acciones que generen el logro de resultados de la empresa. Podría interpretarse como el camino al cual se dirige la empresa a largo plazo y sirve de rumbo y aliciente para orientar las decisiones estratégicas de crecimiento junto a las de competitividad.

Es la capacidad de determinar claramente las metas y prioridades de su tarea, área y proyecto; estipulando la acción, los plazos y los recursos requeridos. Incluye la instrumentación de mecanismos de seguimiento y verificación de información y parte de un diagnóstico en su etapa inicial.

Habilidad para detectar posibles riesgos que puedan poner en peligro el transcurso normal del trabajo en la organización. La gestión de riesgos es un enfoque estructurado para manejar la incertidumbre relativa a una amenaza, a través de una secuencia de actividades humanas que incluyen evaluación de riesgo, estrategias de desarrollo para manejarlo y mitigación del riesgo; tomando siempre a la prevención como primera alternativa.

Asimismo, abarca un interés por mantener el bienestar físico, mental y social de las personas.

Es la habilidad para movilizar los equipos positivos y el entusiasmo de los miembros de un equipo, para alcanzar un objetivo común. En este tipo de trabajo todos responden por el trabajo que se realiza en armonía y con el cumplimiento de todos sus integrantes en miras al cumplimiento de metas y objetivos en común.